Una vez un gato muy hambriento vió entrar a su casa a un ratoncito. El felino con muchas intenciones de agarrarlo y luego comérselo se acercó a la ratonera para decirle:
- "¡Qué guapo y lindo estas ratoncito! Ven conmigo, pequeñito, ven..." -repitó con dulce voz el gato.
La mamá del ratoncito escuchó las intenciones que tenía el hábil Gato, y le advirtió a su hijo diciendo:
- "No vayas hijito, tú no conoces los trucos de ese bribón !"
El gato insistente le dijo nuevamente al ratón:
- "Ven, pequeñito ven. ¡Mira este queso y estas nueces! ¡Todo eso será para ti!"
El inocente ratoncito le preguntó de nuevo a su madre:
- ¿Voy mamá?... ¿voy?
- "No hijito, ni se te ocurra ir, sé obediente." le dijo nuevamente su madre.
El gato nuevamente volvió a engañarlo diciendo:
- "Ven, te daré este sabroso bizcocho y muchas cosas más..."
- "Puedo ir mamá, por favor si te lo suplico." - dijo el ratoncito.
- "Que no, tontuelo!. No vayas." - Insistió la mamá ratona.
- "No me hará nada mamá. Sólo quiero probar un pedacito..." - dijo por última vez el ratoncito, y sin que su madre pudiera detenerlo, salió rápidamente de su agujero.
A los pocos instantes, se oyeron unos gritos que decían:
- "¡Socorro, mamá, socorro! ¡Me come el gato!"
La mamá ratona no pudo hacer nada para salvar a su ratoncito que murió devorado por el gato.
Moraleja de la fábula el gato y el ratón:
Siempre obedece a tu padre y a tu madre, respeta lo que ellos te dicen. Ellos no te engañarán ni pondrán en peligro tu vida. Las malas compañías no llevan a nada bueno en tu vida.
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